miércoles, 2 de marzo de 2016


=REPORTE DE LECTURA=

Artículo: El inicio de la independencia en México: el cura Hidalgo.

Antonio Gutiérrez Escudero | Consejo Superior de Investigaciones Científicas (España)

La lectura menciona muchos de los cambios que surgieron con la independencia de México como el crecimiento demográfico alcanzado dentro del territorio virreinal. Y ello pese, incluso, a las importantes crisis sufridas como consecuencia de cíclicas epidemias, sequías y hambrunas que causaron estragos.

Aun así, entre los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX, la población del virreinato podría cifrarse en unos seis millones de habitantes, de los que aproximadamente un millón eran blancos, tres millones pertenecían a las distintas etnias indígenas y el resto estaba constituido por mestizos, negros y mulatos.

A este protagonismo tan marcado contribuyeron diversos factores, entre ellos el incesante buen ritmo de las explotaciones mineras y el aumento de la producción de plata, no solo por el descubrimiento de nuevas vetas, sino también gracias a los avances tecnológicos y a la rebaja en el precio de venta del azogue, por ejemplo. Nueva España era, a principios del siglo XIX, la principal productora de plata de todo el mundo, con el hito del año 1804, cuando se alcanzaron los veintisiete millones de pesos de producción argentífera.

También incluye los documentos que Hidalgo les envió a los distintos actores que intervinieron en la independencia de México como por ejemplo la siguiente:

Decreto de Hidalgo ordenando la devolución de las tierras

a los pueblos indígenas.

Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América, etc.

Por el presente mando a los jueces y justicias del distrito de esta capital que inmediatamente procedan a la recaudación de las rentas vencidas hasta el día por los arrendatarios de las tierras pertenecientes a las comunidades de los naturales, para que entrándolas en la Caja Nacional se entreguen a los referidos naturales las tierras para su cultivo, sin que para los sucesivo puedan arrendarse, pues es mi voluntad que su goce sea únicamente de los naturales en sus respectivos pueblos.

Dado en mi Cuartel General de Guadalajara, a cinco de diciembre de 1810.

Miguel Hidalgo, Generalísimo de América.
 
 

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