REVOLUCIÓN.
Decreto de promulgación de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos
Febrero 5 de 1917, Querétaro, Qro.
Febrero 5 de 1917, Querétaro, Qro.
En 1916, la Constitución
de 1857, que había regido durante 60 años, resultaba obsoleta para las
condiciones en que se encontraba el país al término de la guerra civil. Algunos
revolucionarios aprovecharon la coyuntura para tomar como estandarte la
necesidad de cumplir y reformar la carta magna.
El 19 de septiembre de
1916, Venustiano Carranza anunció la convocatoria para conjuntar un Congreso
Constituyente, el cual se instauró en la ciudad de Querétaro a partir del 1 de
diciembre con la misión de realizar sus tareas legislativas en un tiempo no
mayor de dos meses. Al término de los trabajos, el congreso se disolvería.
El sello de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que derogó a la de 1857
se plasmó en su vocación social.
La nueva Constitución
estableció plenamente las garantías individuales y reconoció los derechos
sociales: la organización de los trabajadores, el derecho de huelga y la
jornada de trabajo máxima de 8 horas (artículo 123), el derecho a la educación
y a la enseñanza laica y gratuita (artículo 3), así como la libertad de culto
(artículo 23); además reconoció como fundamental la libertad de expresión
(artículos 6 y 7).
Estableció una forma de
gobierno republicana, representativa, demócrata y federal (artículo 40).
Refrendó la división de poderes en Ejecutivo, Judicial y Legislativo (artículo
49). Este último se conformó bicameralmente, al constituirse por una Cámara de
Diputados y una de Senadores (artículo 50).
La Constitución decretó
la no reelección y ratificó el sistema de elecciones directas (artículo 41),
suprimió la vicepresidencia, otorgó mayor autonomía al Poder Judicial (artículo
94) y más soberanía a los estados (artículo 115).
También creó el
municipio libre (artículo 115, fracción II) y estableció un ordenamiento
agrario relativo a la propiedad de la tierra (artículo 27).
El 5 de febrero de 1917,
Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del
Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, promulgó la nueva Carta Magna.
En este comunicado
Carranza realizó algunas correcciones de puño y letra en el penúltimo párrafo
del documento promulgatorio para que fuera leído de la siguiente forma: “mando
se imprima circule y publique por bando solemne y pregón en toda la república,
para su debido cumplimiento”.
Después de la fecha y
lugar de expedición Carranza plasmó su firma y escribió en la parte inferior:
Al Lic. Manuel Aguirre Berlanga, Subsecretario Encargado del despacho de
Gobernación.
Asesinato del general Emiliano Zapata.
Tras el golpe de estado
de Victoriano Huerta, las fuerzas alternas al maderismo comenzaron a ser
perseguidas. El Ejército Liberador del Sur y Centro, encabezado por Emiliano
Zapata, logró captar parte del país bajo el ideal del Plan de Ayala, sin
embargo, el triunfo del Ejército Constitucionalista, con Venustiano Carranza,
cercó a toda fuerza que no empatizara con su ideal político.
En una carta dirigida al
general Gildardo Magaña, el mayor Salvador Reyes Avilés le informó con detalle
sobre la treta de Pablo González, jefe de operaciones del Estado de Morelos,
para asesinar al general Emiliano Zapata, el 10 de abril de 1919, en la
emboscada que le hicieron las tropas comandadas por el coronel Jesús M.
Guajardo en la hacienda de San Juan Chinameca, donde se consumó el hecho con
premeditación, alevosía, ventaja y traición.
De acuerdo con la
misiva, Zapata había invitado a Guajardo a que se uniera al movimiento
revolucionario. El coronel se mostró “dispuesto a colaborar al lado del Jefe,
siempre que se le dieran garantías suficientes para él y sus soldados”.
El día en que lo
asesinaron, Zapata tomó un camino distinto a sus tropas para dirigirse hacia
Chinameca, porque existía el rumor de que el enemigo estaba cerca. Con la intención
de entregar en persona cinco mil cartuchos a Guajardo, el general suriano llegó
a la hacienda donde supuestamente aquél lo recibiría para acordar las
estrategias militares pertinentes.
Zapata se dirigió a la
entrada. La guardia estaba formada. El clarín tocó tres veces “llamada de
honor” y, al apagarse la última nota, cuando el jefe atravesaba el dintel de la
puerta, a quemarropa los soldados, que presentaban armas, descargaron dos veces
sus fusiles. El general Emiliano Zapata cayó muerto al igual que su asistente
Agustín Cortés y Palacios.
Guajardo
fue premiado por Carranza con la cantidad de $50,000.00 y su ascenso a general
brigadier, al igual que todos los jefes y oficiales que tomaron parte de este
crimen y que fueron ascendidos al cargo inmediato.
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