lunes, 16 de noviembre de 2015


REVOLUCIÓN.

Decreto de promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Febrero 5 de 1917, Querétaro, Qro.
 
 
En 1916, la Constitución de 1857, que había regido durante 60 años, resultaba obsoleta para las condiciones en que se encontraba el país al término de la guerra civil. Algunos revolucionarios aprovecharon la coyuntura para tomar como estandarte la necesidad de cumplir y reformar la carta magna.
El 19 de septiembre de 1916, Venustiano Carranza anunció la convocatoria para conjuntar un Congreso Constituyente, el cual se instauró en la ciudad de Querétaro a partir del 1 de diciembre con la misión de realizar sus tareas legislativas en un tiempo no mayor de dos meses. Al término de los trabajos, el congreso se disolvería.
El sello de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que derogó a la de 1857 se plasmó en su vocación social.
La nueva Constitución estableció plenamente las garantías individuales y reconoció los derechos sociales: la organización de los trabajadores, el derecho de huelga y la jornada de trabajo máxima de 8 horas (artículo 123), el derecho a la educación y a la enseñanza laica y gratuita (artículo 3), así como la libertad de culto (artículo 23); además reconoció como fundamental la libertad de expresión (artículos 6 y 7).
Estableció una forma de gobierno republicana, representativa, demócrata y federal (artículo 40). Refrendó la división de poderes en Ejecutivo, Judicial y Legislativo (artículo 49). Este último se conformó bicameralmente, al constituirse por una Cámara de Diputados y una de Senadores (artículo 50).
La Constitución decretó la no reelección y ratificó el sistema de elecciones directas (artículo 41), suprimió la vicepresidencia, otorgó mayor autonomía al Poder Judicial (artículo 94) y más soberanía a los estados (artículo 115).
También creó el municipio libre (artículo 115, fracción II) y estableció un ordenamiento agrario relativo a la propiedad de la tierra (artículo 27).
El 5 de febrero de 1917, Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, promulgó la nueva Carta Magna.
En este comunicado Carranza realizó algunas correcciones de puño y letra en el penúltimo párrafo del documento promulgatorio para que fuera leído de la siguiente forma: “mando se imprima circule y publique por bando solemne y pregón en toda la república, para su debido cumplimiento”.
Después de la fecha y lugar de expedición Carranza plasmó su firma y escribió en la parte inferior: Al Lic. Manuel Aguirre Berlanga, Subsecretario Encargado del despacho de Gobernación.
 

Asesinato del general Emiliano Zapata.

Tras el golpe de estado de Victoriano Huerta, las fuerzas alternas al maderismo comenzaron a ser perseguidas. El Ejército Liberador del Sur y Centro, encabezado por Emiliano Zapata, logró captar parte del país bajo el ideal del Plan de Ayala, sin embargo, el triunfo del Ejército Constitucionalista, con Venustiano Carranza, cercó a toda fuerza que no empatizara con su ideal político.
En una carta dirigida al general Gildardo Magaña, el mayor Salvador Reyes Avilés le informó con detalle sobre la treta de Pablo González, jefe de operaciones del Estado de Morelos, para asesinar al general Emiliano Zapata, el 10 de abril de 1919, en la emboscada que le hicieron las tropas comandadas por el coronel Jesús M. Guajardo en la hacienda de San Juan Chinameca, donde se consumó el hecho con premeditación, alevosía, ventaja y traición.
De acuerdo con la misiva, Zapata había invitado a Guajardo a que se uniera al movimiento revolucionario. El coronel se mostró “dispuesto a colaborar al lado del Jefe, siempre que se le dieran garantías suficientes para él y sus soldados”.
El día en que lo asesinaron, Zapata tomó un camino distinto a sus tropas para dirigirse hacia Chinameca, porque existía el rumor de que el enemigo estaba cerca. Con la intención de entregar en persona cinco mil cartuchos a Guajardo, el general suriano llegó a la hacienda donde supuestamente aquél lo recibiría para acordar las estrategias militares pertinentes.
Zapata se dirigió a la entrada. La guardia estaba formada. El clarín tocó tres veces “llamada de honor” y, al apagarse la última nota, cuando el jefe atravesaba el dintel de la puerta, a quemarropa los soldados, que presentaban armas, descargaron dos veces sus fusiles. El general Emiliano Zapata cayó muerto al igual que su asistente Agustín Cortés y Palacios.
Guajardo fue premiado por Carranza con la cantidad de $50,000.00 y su ascenso a general brigadier, al igual que todos los jefes y oficiales que tomaron parte de este crimen y que fueron ascendidos al cargo inmediato.
 

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